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Cuidar de un ser querido con Alzheimer es un viaje emocional y físico que requiere entrega, paciencia y un enfoque integral. Durante más de 15 años como cuidador y facilitador de arteterapia, he sido testigo del impacto positivo que estas actividades tienen en la salud mental y emocional, no solo en pacientes neurológicos, psiquiátricos y gerontológicos, sino en personas de todas las edades.

A menudo, la arteterapia se percibe erróneamente como una simple actividad recreativa. Sin embargo, mi experiencia ha demostrado que es una herramienta fundamental en el estímulo cognitivo y en la ralentización del deterioro que generan enfermedades como el Alzheimer. A través de un tratamiento integral que combine el abordaje farmacológico con médicos especialistas y la parte no farmacológica, como la arteterapia, las personas pueden conectar con sus emociones, mejorar su autoestima y fortalecer sus funciones cognitivas de una manera que otros enfoques terapéuticos no siempre logran.

El arte, en sus múltiples formas—pintura, escultura, música, danza—se convierte en un canal de comunicación para quienes han perdido la capacidad de expresarse verbalmente. He observado cómo, a través de la creatividad, se despiertan recuerdos, se refuerzan habilidades motoras y se generan momentos de conexión emocional entre el paciente y su entorno. Este proceso no solo beneficia al paciente, sino que también proporciona un alivio emocional a los cuidadores, quienes enfrentamos altos niveles de estrés y agotamiento.

En el ámbito neurológico, la arteterapia actúa como un puente entre el deterioro cognitivo y la preservación de la identidad del paciente. En el área psiquiátrica, ayuda a regular emociones y a disminuir síntomas de ansiedad y depresión. En el campo gerontológico, fomenta la autonomía y el bienestar, mientras que, en la psicología general, es un recurso terapéutico efectivo para todas las edades.

Mi experiencia me ha enseñado que la arteterapia no es un lujo ni una distracción pasajera. Es una intervención con fundamentos científicos que contribuye al bienestar mental, emocional y físico. Como cuidadores, profesionales de la salud y sociedad en general, debemos reconocer su valor y promover su implementación como parte integral del cuidado de quienes más lo necesitan.

Es momento de cambiar la percepción sobre la arteterapia y darle el lugar que merece en el ámbito de la salud mental. No se trata solo de crear arte, sino de sanar a través de él.

"CISMENTAL: Estamos comprometidos con el bienestar y el acompañamiento emocional de quienes cuidan y de quienes necesitan ser cuidados."

 

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