ATENCIONES PSICOLÓGICAS
PARA ADULTOS MAYORES

La atención integral para adultos mayores en CISMENTAL está diseñada para apoyar a las personas que enfrentan los desafíos emocionales, sociales y físicos del envejecimiento. Abordamos problemas como la depresión, la soledad, el duelo, y las enfermedades crónicas como la demencia y el Alzheimer. También trabajamos para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores a través de la estimulación cognitiva y actividades de bienestar emocional.

Según datos del Banco Mundial, la población de adultos mayores en Honduras está creciendo, y con ello aumentan las demandas para atender sus necesidades emocionales y cognitivas.

Nuestro enfoque integral incluye terapias que estimulan la memoria y proporcionan apoyo en la transición hacia una vida más plena y satisfactoria.

Beneficios clave

Apoyo emocional

Ayuda a los adultos mayores a adaptarse a los cambios propios de la edad.

Estimulación cognitiva

Mejora la memoria y las funciones cognitivas en pacientes con demencia.

Fomento de la autonomía

Se promueve la independencia y el bienestar general.

El abordaje integral de los adultos mayores es crucial para garantizar una atención holística que contemple los múltiples aspectos de su salud física, mental, emocional y social.

A medida que las personas envejecen, sus necesidades se vuelven más complejas, ya que a menudo enfrentan una combinación de enfermedades crónicas, discapacidades funcionales, y cambios emocionales y sociales que requieren una atención multidisciplinaria.

El abordaje integral busca no solo tratar enfermedades, sino también mejorar la calidad de vida, promoviendo la autonomía y el bienestar general del adulto mayor.

  • Enfoque multidimensional de la salud: El envejecimiento no solo afecta la salud física, sino también la salud mental, emocional y social. Un abordaje integral considera todos estos aspectos, integrando diferentes especialidades (médica, psicológica, social, nutricional, entre otras) para ofrecer una atención completa. Esto es fundamental, ya que una intervención en un área específica puede tener efectos positivos en otras. Por ejemplo, el tratamiento de la depresión puede mejorar la adherencia a los tratamientos físicos y aumentar la participación en actividades sociales.

  • Prevención de complicaciones: El abordaje integral permite la identificación temprana de riesgos, como el deterioro cognitivo, la fragilidad, y la aparición de síndromes geriátricos (que describiremos más adelante). Esto facilita la implementación de intervenciones preventivas, minimizando el impacto de los problemas de salud a largo plazo..

  • Mejora de la autonomía y funcionalidad: Mantener la independencia es una prioridad para los adultos mayores. El abordaje integral trabaja para preservar las capacidades funcionales y mejorar la calidad de vida. A través de la rehabilitación física, terapia ocupacional y apoyo psicológico, se pueden prevenir discapacidades y mantener a los adultos mayores activos y autónomos en sus actividades diarias.

  • Apoyo emocional y psicosocial: Los adultos mayores enfrentan retos emocionales como el duelo, la soledad y la adaptación a los cambios en su vida. Un abordaje integral también incluye el acompañamiento emocional y la creación de redes de apoyo, lo que es clave para prevenir la depresión y otros problemas de salud mental. Los servicios de psicoeducación, terapia individual y grupal, y el apoyo a cuidadores forman parte de este proceso..

  • Atención centrada en el paciente: El abordaje integral se basa en los principios de la atención centrada en el paciente, lo que significa que las decisiones sobre el tratamiento se toman en conjunto con el adulto mayor, respetando sus preferencias y valores. Esta personalización en el cuidado es clave para mejorar la adherencia al tratamiento y la satisfacción del paciente..

Los síndromes geriátricos son condiciones de salud altamente prevalentes en los adultos mayores que no encajan en una sola enfermedad, sino que representan la acumulación de múltiples problemas. Estos síndromes suelen ser el resultado de la interacción entre el envejecimiento fisiológico y los factores de riesgo asociados con la edad. Los más comunes son:

  • Inmovilidad:
    • La inmovilidad es la incapacidad de los adultos mayores para moverse o realizar actividades físicas cotidianas con facilidad. Puede ser causada por una combinación de debilidad muscular, dolor, deterioro cognitivo, enfermedades crónicas como la artritis o fracturas, y miedo a caerse.
    • Consecuencias: La inmovilidad puede llevar a problemas graves como úlceras por presión, pérdida de masa muscular (sarcopenia), trombosis venosa profunda, y aumento de la dependencia en las actividades diarias.
    • Intervención: Un enfoque integral incluye terapia física para mejorar la fuerza y el equilibrio, adaptación del entorno para evitar caídas, y actividades que promuevan la movilidad.

  • Caídas:
    • Las caídas son un problema crítico entre los adultos mayores, ya que son la principal causa de lesiones graves y discapacidad en este grupo etario. Pueden deberse a problemas de equilibrio, debilidad muscular, deterioro visual, medicamentos o alteraciones cognitivas.
    • Consecuencias: Las caídas pueden provocar fracturas, hospitalizaciones, pérdida de confianza y miedo a moverse, lo que a su vez puede llevar a la inmovilidad y la dependencia.
    • Intervención: La prevención de caídas incluye una evaluación completa de riesgos, el uso de dispositivos de asistencia (como bastones o andadores), ajustes en el entorno (barandillas, iluminación adecuada) y ejercicios para mejorar el equilibrio y la fuerza.

  • Incontinencia urinaria:
    • La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina y es muy común en los adultos mayores. Puede estar asociada a infecciones, debilidad del suelo pélvico, enfermedades neurológicas, efectos secundarios de medicamentos o problemas prostáticos en los hombres.
    • Consecuencias: La incontinencia afecta la calidad de vida, ya que puede generar vergüenza, aislamiento social, infecciones urinarias y problemas en la piel.
    • Intervención: Un tratamiento integral incluye ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico, cambios en la dieta, medicamentos, y en algunos casos, cirugía. También se trabaja en la educación y el apoyo psicológico para mejorar la adaptación a la situación.

  • Deterioro cognitivo (demencia y delirio):
    • El deterioro cognitivo incluye condiciones como la demencia, que es progresiva, y el delirio, que es agudo y suele estar asociado a infecciones, cirugías o deshidratación. La demencia afecta la memoria, el pensamiento y la capacidad para llevar a cabo actividades cotidianas.
    • Consecuencias: El deterioro cognitivo aumenta el riesgo de caídas, inmovilidad, incontinencia, y dependencia total en las actividades de la vida diaria. También puede generar angustia en el cuidador.
    • Intervención: El manejo integral incluye el tratamiento de las causas subyacentes del delirio, la estimulación cognitiva para retrasar el avance de la demencia, la adaptación del entorno para garantizar la seguridad, y el apoyo emocional tanto al paciente como a los cuidadores.